(…)En mi juventud me imaginaba que la poesía era una especie de nube de color de metáforas y alusiones más o menos difusas, de la que en determinadas circunstancias, se podía gozar, pero que se hacía difícil conectarla con una visión vinculante del mundo. Como arquitecto, he aprendido a entender que probablemente se acerca más a la verdad lo contrario a esta idea juvenil.
Una obra de arquitectura puede disponer de calidades artísticas si sus variadas formas y contenidos confluyen en una fuerte atmósfera capaz de convencernos. Este arte no tiene nada que ver con configuraciones interesantes o con la originalidad. Trata sobre la visión interior, con la comprensión y sobre todo la verdad. Y quizá la verdad, inesperada, sea poesía. Su aparición precisa de tranquilidad. La tarea artística de la arquitectura consiste en crear esa espera sosegada, pues la construcción en si nunca es poética. Únicamente así se obtienen esas delicadas cualidades que en ciertos momentos, nos dejan entender algo que nunca pudimos comprender anteriormente (…)
Peter Zumthor (pensar la arquitectura)
Mirs
No hay comentarios:
Publicar un comentario